Grabación [len]

'Ah, yo conozco esa canción.', pensé sin dejar de mirarle, mis ojos estaban adheridos en Rei, en como se conectraba para cantar y como alcanzaba tonos distintos que los míos. 'Servant of evil...'

Sentía miradas sobre mí pero las logré ignorar por completo, no sabía porque Rei decía que no sabía cantar cuando en realidad su voz podía mezclarse con las canciones sin problema, realmente éste chico tenía un don frente el microfono...

Me ruboizé ligeramente.

-Sí, si ya terminaste...- Hablé mirándole a los ojos, aún recordando el canto de su voz y admitiéndo mentalmente que me gustaría escucharlo de nuevo. -¿Ese... será tu nuevo sencillo?

No podía evitar preguntar. Es que en realidad sentía un afecto por dicha canción pero jamás la había escuchado en boca de alguién más...

'Me gustaría saber más de él.'

¿Qué podría ser ésta vez? ¿Porqué Rei había grabado esa canción si no era para que se trasformara en un sencillo?

-¿Eh?- Solté comenzando a sospechar que hablaban de mí. ¿Qué era lo que ese hombre le había susurrado a Rei? ¿Por qué motivo me miraban tanto? No era nuevo aquí, casi todos en el edificio me conocían junto a mi hermana por hacer siempre desorden.

-¿De qué hablan?

'¿Con un Kagamine? ¿Yo?', parpadié confundido más no abrí la boca, seguro Rei tenía motivos para decir aquellas cosas y no hice más que acceder asintiéndo con la cabeza.

Me le quedé mirando a aquel sujeto, ¿lo conocía? Pero jamás recuerdo haber hablado con él. Seguramente él sabía quien era yo y, por ello, desvié mi mirada al rostro de Rei.

Honestamente, me hubiera gustado cantar con él.

-Sí, la próxima vez.

Salimos de aquel lugar, él tomando de mi mano y yo mirandole ligeramente con duda. ¿Qué era aquello que acababa de suceder? Pude perscibir al hombre enfurecerse por no lograr que Rei cantara junto a mí, aquello no era algo que me molestara, pero parecía que él no pensaba igual.

Noté que nuestras manos estaban juntas y me ruborizé ligeramente mas no rompí el contacto.

-¿A dónde vamos?- Le pregunté al chico mientras salíamos del edificio.

El sol estaba en su punto límite, el atardecer estaba ante nuestro ojos y me comenzaba a cuestionar cual era el metro que siempre tomaba con Rin para volver a casa.

'Mierda, debí haber puesto atención...', pensé. 'Rin siempre es la que me guía a casa, yo siempre me distraigo comprando bananas.'

-Pues yo...- miré al cielo y noté el atardecer, quizás pofría pedir direciones al desear volver a casa o... quizás Rei sabría como llegar. -¿Tienes apetito?- le pregunté ampliando mi sonrisa.

Tenía antojo de comida italiana, algo salado, pasta...

Mi estómago comenzó a hacer ruidos extraños por el hambre que sentía y abri mis ojos ampliamente al sonrojarme de la verguenza.

preguntó si tenia hambre, pero de inmediato su estómago rugio fuertemente, me sonrei con eso, al parecer el que tenia hambre era el... me acerqué a el y le volví a acariciar la cabeza, de cierta forma me gustaba hacerlo, lo mire a los ojos y pregunté
-¿que quieres comer?-
me sonrei de nuevo, y comencé a caminar por la calle
-Vamos, te compraré lo que quieras-
esperando que el avanzara ralenticé mi paso, y me lleve las manos a los bolsillos

Al tenerlo de frente no pude evitar ruborizarme, mas enseguida comenzó a caminar unos pasos lejos de mí.
¿Compraría lo que sea?

Sonreí con un toque de emoción. -¿Te gusta la pizza?- Le pregunté caminando detrás de él. -Hay un restaurante cerca de la disquera en donde me conocen y pueden hacernos descuentos.

Sería genial cenar pizza, y ¿cómo no junto una nueva amistad?

-La de pepperoni es mi favorita.

-Wah, vaya, no sabía.- Admití entrando al lugar en donde el olor a queso y a salsa italiana llegó enseguida a mi nariz y me hizo sonreír torpemente. -Adoro comer.

Sí, desde pequeño siempre había amado las tres horas del día en donde había comida frente mí.

Miré a Rei y sonreí ampliamente, una idea cruzó mi mente. -Dime Rei, ¿cuántos pedazos de pizza puedes comer?

Tenía un estómago sin fondo, todo el mundo se impactaba a la hora de verme comer, seguramente si retaba a Rei a una guerra de comer rápido, ganaría. Sería genial apostar algo con él.

-El que acaba primero, puede forzar al perdedor a hacer lo que él quiera.

lo miré con una pequeña sonrisa, si bien no era tanto por lo de comer, sino por que era demaciado terco como para decirle no a una apuesta...
-Acepto... pero con una condición...-
dije al principio.
-Si gano, además debes darme todo el chocolate que quiera...-
me reí levemente, a fin de cuentas, estaba jugando con un niño, y más que mal, yo tambien lo era.
-¿De que la quieres entonces?-
pregunté con cierto brillo en los ojos y una sonrisa algo emocionada... esperando a ver de que era capaz ese niño...

-¡De pepperoni!- Sentencié totalmente seguro de mis palabras, corrimos a una mesa cerca de la cocina y afilé la mirada con cierta derminación. -¡Y si yo gano, deberás darme una docena de bananas!

Y podía ganar, realmente no tenía nada que perder.... mas que chocolate.

Una mujer llegó a nuestra mesa, lista para tomar nuestra orden. La miré y ordené dos pizzas enormes para cada uno. La mesera se marchó y esperamos nuestras pizzas.

-Ve pensando como conseguirás mis bananas, Rei.

-¡Ja! ¿Cómo crees?- Y tomé un pedazo de pizza con mis manos para aspirar su aroma. -¿Estás listo?

Las enormes pizzas soltaban ligero humo por la temperatura y la evidencia de que estaban recién hechas.

Sonreí con cierto toque de altanería, una actitud mía que casi nunca salía a flote. -¡Uno, dos.... TRES!

Lanzé la primera mordida contra la pizza y, ensguida, otras cinco más. Me atraganté un poco pero en menos de diez segundos ya la pizza había desaparecido en mi boca.

Tomè la segunda Pizza y le miré en el proceso.

-Una...- Solté mirandole a los ojos, no era tan lento como pensé pero sin duda no iba a darme por vencido en el primer pedazo. -Una pizza...

Tomé agua y tragué con fuerza, tanta que en verdad dolió. -Faltan diez pedazos más, Rei.

Aquí no se trataba de la velocidad, más que nada era la cantidad... Rei lo sabía, para ambos era un desafío.

-¿Listo para la segunda pizza o ya te llenaste?

La masa de la pizza era realmente gruesa y dificil de tragar, sin duda por algo esa pizza era recomendada para más de cinco personas realmente iba a ser un reto.

Abrí a boca y metí un enorme pedazo de pizza dentro de ella, la mordí, metí más y la seguí mordiendo con insistencia, así terminé con el segundo y el tercer pedazo.
'¡W-wah... no puedo llenarme aun!', pensé alarmado.

-No, no me he llenado.- Solté afilando la mirada y, por ende, queriendo esconder el hecho de que aquello se estaba tornando en realidad. Ya me estaba llenando pero sin duda no quería perder.

Tomé otra rebanada y me la comí con dificultad, comenzaba a sentir la comida llegar hasta mi garganta y negué con fuerza. Tomé agua y miré el resto de mi pizza... temía perder.

Miré a Rei con inseguridad y, dudando un poco, tomé otra rebanada.

-V-voy a ganar...

[Out: Lo siento, estuve con muchos asuntos pero aquí está mi post.]

Lo miré pedir más agua y, momentos después una camarera se la sirvió sin prisa. Noté como la rebanada que sostenía estaba aún tibia y la miré directamente, comencé a sentir nauseas.

El sólo aroma de la pizza me estaba enfermando, me daba asco y me hacía sentir unas horribles ganas de vomitar.

Negué con fuerza, no podía perder... ¿En serio no podía?

Acerqué, sin realmente quererlo, la pizza a mi boca y le dí la primera mordida de manera lenta, como si deseara en verdad evitar ese momento.

'No puedo tragarla, no puedo...', me decía a mi mismo. '¡Quéasco,quéasco,quéasco!'