El verano llego! [Len]

-¡Claro que sí!- Festejé vistiendo sólo mi bañador naranja mientras miraba a mi alrededor sonriente. -Llevábamos meses esperándolo y al fin llegamos...

Los niños corrían felices cerca de la alberca y varios hombres nadaban dentro de ella. El sol era cálido y no quemaba como era su costumbre, tal parecía que hoy era el día perfecto.

Tomé la mano de Rin y le dediqué una amplia sonrisa. -Nos vamos a divertir...

-¡Claro que sí!- Solté en lo alto al tomar a mi hermana de la mano y jalarla conmigo hacia la pisina, me lanzé dentro de ella y me llevé a Rin de encuentro. Aquello me pareció gracioso cuando ambos ingresamos al agua, donde solté a Ling para nadar hasta lo más profundo de la alberca.

Cuando el aire me faltó, nadé hacia la superficie y salí disparado abriendo mi boca ampliamente para aspirar aire puro. Reí divertido.
-¡Qué fría está el agua!

-¡Oye!- Reí al verme salpicado por Rin, una sonrisa ligeramente maliciosa apareció en mis labios cuando la salpiqué de vuelta. -¡Toma!

Era divertido ver como el agua tenía efecto en el cabello de mi hermana, adhiriendo sus flequillos sobre sus mejillas y resvalandose en forma de gotas por su cuello. Antes de que Rin pudiera "atacarme" de nuevo, me metí debajo del agua y me aseguré de llegar hasta lo más hondo.

Fruncí el ceño al verme salpicado de esa manera y tuve que pasar mi mano derecha por mi frente para limpiar el agua que allí había caído. Rin tenía razón de cierta manera, de una u otra manera ella siempre lograba ser quien triunfara en nuestros encuentros, desde que tengo memoria, y aquello era fastidiante. Claro, ella siempre se excusaba diciendo que era mejor por ser mayor que yo pero, no lo sé, mi ego de hermano no me dejaba procesar dicha justificación.

-No es así.- Negué enseguida al salpicarla de nuevo. -Este juego todavía no tiene su ganador.

Pero yo fruncí el ceño sonrojado y algo molesto, sacudí mi cabeza y mi cabello se despeinó por ello, mas enseguida cepillé mis flequillos rubios con mis dedos largos.

-Ya te venceré.- Dije nadando a la orilla con determinación en mis orbes azulados.

Fue allí cuando una idea cruzó mi mente.

-¡Lo tengo!- salí de la piscina y enseguida comencé a correr. -¡A que llego antes que tú por un helado!

Sonreí ampliamente dejando a mi hermana atrás.

No comprendo como terminamos así, sólo recuerdo que quise evitar que Rin se lastimara y ahora estaba sobre ella. La miré mientras jadeaba y un rubor decoraba mi rostro.

Su cabello húmedo la hacía lucir muy linda ante mis ojos y, por ello, sentí la tentación de besarla... pero me detuve y me limité a acariciarle la mejilla.
-¿Estás bien...?

'¿Por qué no puedo evitar querer besarla ahora...?'

Me atreví a sonreirle y, con ello, a acariciarle la mejilla con mi mano. Lleve mis dedos largos hacia sus flequillos y comencé a cepillarlos. No entendía por qué mi corazón palpitaba de ésta manera.

Coloqué una de sus hebras rubias detrás de su oreja y lamí mi labio inferior, desde éste ángulo, Rin se veía verdaderamente linda ante mis ojos azules.

Fue allí cuando realicé que llevaba más de veinte segundos mirándole de esa manera con cara de idiota. Me ruborizé y enseguida me hinqué a su lado para tenderle la mano.

-Vamos, déjame ayudarte a ponerte de pie.

-Rin...- comencé tras caminar a su lado sin soltarle su mano, acariciándola con mi pulgar y mirando al frente con mis ojos brillando con honesta calidez y cariño. -¿Eres feliz?

Era una pregunta torpe, demasiado insegura pero honestamente tenía curiosidad. La quería en verdad, quizás más allá de como mi hermana gemela y por ende buscaba su felicidad... Aunque en el proceso no fuese a mi lado.

-Vaya, ¿te gusta la vida que llevamos?...

-También.- Admití sonriendo pero sin mirarle a los ojos. -Eres la única persona que no me aburre y que me comprende por completo.

Aquello era verdad, conocía a Rin desde que era un niño, prácticamente con ella no había nada que ocultar ni nada que pretender. Ella sabía exactamente quien era yo... ¿Qué mejor compañía que la suya? No tenía mejor opción que mi querida hermana...

-Yo.... tampoco necesito de alguien más para estar feliz...

La miré y sonreí honestamente ejerciendo ligera presion entre nuestras manos entrelazadas. La atraje hacia mí y le abrazé enseguida para besarle la frente.

-Yo también.- Le dije con cariño y nos sentamos nuevamente al borde de la piscina, metí mis pies pero el abrazo jamás desapareció. Cerré mis ojos y otro beso deposité en su frente. -Eres mi gemela favorita.

'La única que tengo y que no cambiaría por nada.'

-Soy tu único hermano gemelo.- Reí sin soltarle, alzé mi mirada al cielo y contemplé una gaviota volvando en los cielos. -Tu único y el mejor hermano que podrías tener...

In halé aire y lo exhalé lentamente. -Sólo yo te puedo consentir, nadie más lo haría como yo...

Y era verdad, la quería tanto que a veces me segaba por verla sonrir o cumplir hasta el más minimo de sus caprichos de princesita.

Sonreí...

'Mi princesa'

Reí y amplié una sonrisa, miré al cielo para después mirar al frente. Tomé su mano y entrelazé nuestros dedos al sujetarle la mano. Mordí mi labio inferior y la miré de frente.

-Oye, ¿quieres ir a algún lugar en especial después de aquí?- Le pregunté con calma y una cálida voz. -Porque... si no es así, podemos ir a bailar o... no lo sé, algo así por el estilo.

'Una cita con Rin sería genial', pensé esperando su respuesta, la cual estaba casi completamente seguro que sería una positiva... si es que no tenía mejores planes.

El viento comenzó a soplar con fuerza y empezó a despeinar a mi hermana, aquello me hizo cerrar los ojos para evitar que entrara basura en mis orbes y por ello tensé un poco el agarre de nuestras manos.

-W-waah, qué aire.