Un helado en invierno...

¿Quién lo diría? Llegamos a la heladería sin problema alguno y ambos temblabamos ligeramente por el frío de la ciudad. Fui yo el que abrió la puerta,
dejé que Rin pasara primero para después cerrarla tras nosotros. Aún se sentpia el aire frío, por ser una heladería, pero sin duda mi apetito me dejó olvidarlo por un momento y deleitarme con la mirada.
-Veamos...- comenzé tras guiar a mi hermana hacia una mesita cerca del mostrador donde tomaríamos asiento. -¿De qué tamñano quieres tu helado?- Le pregunté tranquilo y curioso.

Saqué mi billetera y noté la poca cantidad de dinero que en ella traía, tragué con dificultad e intente actuar como si nada malo pasara. Quería invitarle un helado después de todo, Rin no se podía enterar de este "pequeño" problema monetario.

-Claro, mediano de naranja...- Repetí tras retroceder un paso, girarme sobre mis talones y dirigirme a la caja con lagrimas cómicas bajando por mi rostro.

Ni de broma alcanzaría dos helados y Rin no podía saberlo, no me lo permitiría. Miré los precios, dándole la espalda a mi hermana, y enchuequé los labios.

Efectivamente, sólo pudo comprar uno y tenía que ser el de su hermana. Tenía que pensar en una buena excusa después de todo,aunque honestamente nunca me ha gustado mentirle a Rin... Siempre termina descubriéndome.

Volví con su helado y se lo entregue siendo cuidadoso. -Aquí tienes.- Le dediqué mi mejor sonrisa.

-No se me antojó el de banana después de todo.- Mentí entregándole el helado a mi hermana y sentándome frente ella para así sonreirle. -Aunque, no te preocupes, quiero consentirte...

Sí, era verdad, quería consentir a Rin y fue por ello que en realidad no importó mucho no poder comer un helado de banana como tanto quería. Desvié mi mirada ligeramente, puesto que no podía evitar mirar el helado de Rin con ganas de comer un poco y suspiré.

-¿Cómo está?

Me sonrojé ante su propuesta, miraba al helado frente mis labios que temblaron al casi saborearlo. Lamí mi labio inferior en aticipación y, al mirar a Rin por breves segundos, le sonreí de la misma manera.

-¿Compartiras tu helado de naranja conmigo?- Le pregunté adorando el color de sus mejillas. Saqué un poco mi lengua y lamí la punta del helado, Rin también había comido de ese mismo lugar, se podía decir que era un "beso indirecto" y aquello me gustaba.

Reí, no pude evitarlo, se había visto tan linda con esa expresión de sorpresa en su rostro. Negué y le tomé de la mejilla para acercarla a mi lado, noté el helado en su mejilla y me sentí travieso cuando, con mi lengua, le limpié el helado de manera delicada.

-Ten cuidado.- Le dije con una sonrisa ligeramente galante. -Te pudiste haber manchado más.

Tomé una servilleta y se la cedí con un ligero rubor en mis mejillas, mas no me mostré nervioso. Misteriosamente me sentía seguro de mi mismo.

Miré sus labios manchados con aquel postre, me relamí los mios y, al caer en cuenta de lo que ella quería, desvié la mirada por unos segundos.

Mi corazón se aceleró contra mi pecho, ella había admitido estar enamorada de mí y era por ello que se divertía de esa manera, pero ¿y yo?

'En definitiva me gusta mi hermana...', pensé mirandole directamente a los ojos al tomarle de la mejilla y atraerla hacia mí.

Cerré los ojos y junté mis labios con los suyos para formar un beso sabor naranja.

Tuve que abrir mi boca cuando su lengua formó parte del juego, cuando sus manos sostuvieron mi camisa, no pude controlar mis pensamientos y las imagenes más sensuales cruzaron por mi mente al igual que un sonrojo en mis mejillas.

Nadie jamás me había hecho sentir de esta manera, menos fantasear fuera de cama o en pleno día. Mis manos se posicionaron sobre ella y palpé su espalda con cierto deseo cuando comenzaron a desender lentamente.

¿Alguien nos miraba? No podía si quiera prestarles atención.

-Rin...- Solté entre besos, no queriendo soltarle. -Rin... se va a derretir tu helado...

'Genial, ¡¿ella besándote y tu sólo piensas en el helado?!', me regañé mentalmente mientras mis manos se detenían al finalizar su espalda. Quería... seguir tocándola pero....

'¿Aquí...?'

Me comí el resto del helado y después mordí el cono hasta terminarmelo, miré a Rin a los ojos y pude ver sus intenciones. Si íbamos a casa... quizás sucedería algo más de lo que estaba planeado.

Le dediqué una sonrisa coqueta y tomé una servilleta para limpiar la comisura de mis labios.

-Nuestra casa esta caliente, después de todo, nadie nos ha llamado para confirmar la reunión...

'Quizás había sido el destino...'