Nobody's fool

Era de noche y paseaba por las calles, al día siguiente volvería de nuevo a casa... Con Miku. Pero a estas horas no podía hacerlo. Me senté sobre el banco de la estación a esperar el amanecer, y luego me tendí. No, no tenía sueño... Además, era lindo ver a los pequeños insectos danzar alrededor de la luz de una farola. Ni un ruido, ni una persona, ni un coche. Era... lindo tanta tranquilidad.

Vaya... Un vehículo. Lo ignoré. Aunque un estruendo hizo que despertara de mi mundo. ¿Qué diantres...?
Me giré todavía tendido en la banca, y observé una chica tirada en el suelo y cómo el autobús se alejaba. No dudé un segundo en levantarme, apartar la maleta y agarrar delicadamente una de sus níveas y suaves manos. Parecía una niña pequeña...

-¿Estás bien, pequeña?- Dije con tono amable mientras la animaba a levantarse.

Una gotita resbaló de mi cabeza. Era una chica... enérgica. Me rasqué la nuca y me incorporé, le sacaba un par de cabezas, y sonreía nervioso.

-Vale vale, tranquila, no eres pequeña... Y dígame señorita, ¿podría permitirme usted el lujo de ayudarla a recoger su maleta?- Dije riendo levemente burlándome un poco mientras hacía una pequeña reverencia.

-Está bien, señorita Yuki. Mi nombre es Mikuo, Hatsune Mikuo, un placer.- Dije mientras me agachaba a ayudarla, doblando aquellas pequeñas prendas con sutileza y colocándolas ordenadas en la maleta.

-De nada, Yuki.- Dije, notándola más alegre, lo que me hacía sentir bien. Aunque había algo que me extrañaba.

Miré a ambos lados de la calle, todo desierto... Si yo no estuviera ahí en ese momento la niña estaría totalmente indefensa.

-Eeehm... ¿Se puede saber qué haces por aquí tan sola y a estas horas? Podría ser peligroso para alguien como tú.- Pregunté un tanto incauto.

Escuché mirándola con curiosidad, lo cierto es que parecía la típica sentimental, aunque eso no quitaba que fuera simpática y buena persona. Por mi parte, la notaba sola y un poco triste... Nada que no tenga arreglo.
Suspiré y me acerqué para atreverme a rodear sus hombros con uno de mis brazos, y sujetar su maleta.

-Venga va, no llores... Seguro que los volverás a ver, además, aquí harás nuevos amigos... Tienes pinta de ser simpática.- Dije riendo levemente para intentar animarla, mientras la dirigía encima de la acera. -Y no te quedes ahí, que estás en medio del arcén...- Comenté soltando su maleta y agachándome para quedarme a su altura, mientras la miraba con una sonrisa dulce.

Reí levemente al verla más animada, y acaricié muy levemente su mejilla, que estaba sonrojada, adornando el rostro que tenía delante. Luego, sin levantarme, le pregunté:

-Y... bueno, ¿tienes algo que hacer, algún sitio dónde ir...?- sin dejar de sonreírle.

"Lo cierto es que se ve linda sonrojada..." Pensé divertido mientras la veía sacudir la cabeza.
La escuché con atención, y observé cómo sacaba el papel, escuchándola.
Torpe...
Puse la mano entre la cabeza y la mano de la niña, antes de que se diera el golpecito.

-Pero no te golpees, tontina.- Dije riendo levemente mientras apartaba la mano. Por una parte me alegraba, así se entretendría con Yuki mientras pasaba la noche. -Dime, ¿conoces algo sobre tu representante? ¿Nombre o algo? Quizás lo conozca. Puedo hacerte compañía hasta que lo encontremos.

Me atreví a decir, sonriente y alegre por ayudar a tan linda personita.

La observé con una gota en la nuca, ¿en serio intentaba irse? Suspiré y me levanté, poniendo los brazos en jarra y mirándola irónico.

-¿Piensas adentrarte ahí...? ¿Donde cualquier hombre malo puede estar esperándote... para cogerte cuando menos lo esperes... y hacerte cosas horribles, feas y malas?- Susurré intentando meterle miedo. -Yo tú no lo haría. Por cierto, te olvidas la maleta.- Completé con una pequeña y divertida sonrisa mientras ponía las manos tras mi nuca.

Continué observándola sonriente, pero me sobresalté un poco al sentir su agarre en mi camisa. Tardé unos segundos en reaccionar, pero la rodeé suavemente con uno de mis brazos, mientras que con la mano acariciaba cariñosamente su hombro.

-Venga va, no te pongas así, seguro que no ha sido nada.- Le dije tranquilizador, un poco arrepentido por haberla asustado.

Miré el reloj. Las tres de la mañana.

-Dios... Todavía quedan por lo menos unas 6 horas hasta que la gente empiece a rondar por las calles...- Pensé unos instantes. -Mh... ¿Te apetece quedarte en algún hotel conmigo o algo? Mañana por la mañana puedo llevarte al Edificio A, sé dónde está. Quizás el que tiene tus llaves esté allí. Pero a estas horas... Además, no tienes por qué preocuparte por mí, soy de confianza.- Dije riendo bromista.

-Quizás eso sea mejor que quedarme toda la noche ahí sentado como tenía pensado hacer...

Notaba la inocencia, el miedo y el nerviosismo en sus ojos. No... No iba a dejarla. Ni pensarlo. No hasta encontrar a quien se tuviera que encargar de ella. Podría pasarle cualquier cosa y entonces no me lo perdonaría.
Todavía sin soltarla ni dejar de acariciar su hombro, sonreí.

-A decir verdad esperaría a una hora razonable para volver de nuevo a casa. Pero llegué tarde del viaje, supongo que como tú, y no me puedo presentar allí así como así. Ahora dime... ¿Tienes preferencia en algún tipo de hoteles o algo, Yuki? Tus gastos correrán de mi cuenta.- Dije agarrando su maleta con la mano libre mientras le guiñaba un ojo, y comenzamos a andar despacio.

[ Perdona la tardanza... >.<U ]

-Hai, aquí vive mi familia, pero tuve que irme por un tiempo.- Respondí amable.

Observé cómo buscaba un mapa, parecía haberlo... Pues sí, era torpe. Pero no importa, no todo el mundo es perfecto. Reí levemente por sus acciones.

-No te preocupes, me conozco bien el lugar. Yo te llevaré adonde yo quiera.- Le saqué la lengua un poco burlón.

Tras un rato de paseo, llegamos a un gran edificio, lo que parecía un hotel bastante caro.

-Bien. Aquí es.- Dije entrando dentro con la chica y la maleta, y soltándolas luego para acercarme sólo a recepción.

[ Exámenes... Lo siento lo siento lo siento! T///T ]

[No hay problema ^w^]

Asi que el tenia una familia aqui, eh? Me hubiera gustado conocer a su familia, es mas... no sabia la razon, pero queria saber mas de el.
-Vale...-musité un tano apenada. Me sentia mas torpe de lo que me creia.
Comenzamosa caminar. En una mano llevaba la maleta y la otra la tenia libre, era la mas cercana a mi.
Dudé unos segundos, pero depsues le cogí de la mano, me miró desconcertado y le sonreí, sintiendo como la sangre coloreaba mi rostro.

Finalmente llegamos al hotel, era muy lujoso, e increible.

-¡Kyah!-Musite emocionada, como una niña pequeña.-¡Sugoi! Me encanta!

Realmente aquella niña se veía inocente y linda. Una vez dejé de sentir la calidez de su manita y me acerqué al mostrador, pedí habitación de la mejor, todo incluído, y todos esos lujos que por supuesto me podía permitir. Esa noche se la regalaría a Yuki. Se había ganado mi cariño.
Tras darme la llave de la habitación y comenzar a prepararlo todo, me alejé de la chica de recepción y me volví al lado de Yuki.

-Veo que te gusta. Bien, vayamos dentro. Nuestra habitación es de las de arriba, tiene terraza.- Dije guiñándole un ojo, mientras volvía a cogerla de la mano.

La conducí a la habitación, por supuesto subimos en ascensor, y una vez entramos me adentré y me dejé caer sobre la cama. Tenía pocas habitaciones, salón-comedor, cocina, dormitorio y baño, pero eran muy lujosas y súper espaciosas. Un ventanal daba a una terraza, donde un jacuzzi con las luces encendidas aguardaba, iluminado por la luz de la luna y unas cuantas luces tenues artificiales.

-Espero que te guste lo que elegí para ti. Por esta noche esta será como tu casa.- Le comenté desde la cama con una sonrisa.