After record ~

Esa mañana había estado ocupada grabando canciones. Incluso me había consumido el mediodía y parte de la tarde. No estaba segura de qué hora era, debían ser cerca de las 14 o 15 pm cuando finalmente me ví liberada de la grabación de mi nuevo single.
Si bien me entusiasmaba cantar y más aún grabar, a veces los días de trabajo podían resultar cansadores, realmente agotadores. Con el director guiando, y el compositor diciendo qué esta mal y qué está bien, logrababan marearme por momentos.
No podía ver la hora de finalmente terminar, y cuando ese momento llegó, salí a dar vueltas por el edificio, talves encontraría a alguien conocido con quién irme a casa, no me gustaba caminar sola.
No era solo una cuestión de miedo, eso era lo de menos, sensillamente me aburría si debía caminar sola hasta los departamentos.
Además, he de admitir que el edificio de grabación era espectacular, todo en él parecía divertido, todo me entusiasmaba. Me encantaba espiar en las habitaciones que no reconocía, intentar llegar al final de los interminables pasillos, o lo que fuese.
Mientras tarareaba por los pasillos del lugar, noté que el ascensor que estaba cerca de esa diagonal se había parado y abierto justo en frente mío, me sonreí de costado divertida, amaría subirme ahí, y no pude resistirlo.
Me dirigí corriendo al elevador energéticamente...

Entre al edificio con su paso firme por así decirlo, estaba algo apurado como cualquiera que tuviera que grabar ese día, termine rápido con lo que debía hacer por lo que no me agote o me aburrí, pase las manos por mi cabello ya que me estorbaba, eso me recordé que tenia algo que hacer en otro lugar, no perdí tiempo y busque un elevador, pero por lo visto ninguno llegaba -ah, ni modo, tendré que esperar...- me quede esperando y uno llego, al abrirse las puertas subí en el pero al parecer no venia solo, alguien mas estaba en el interior del elevador, se trataba de aquella chica tan popular llamada Hatsune Miku, me acerque un poco y hice una reverencia dentro del ascensor -Buenas Tardes Miku-san- agregue, ignorando si el elevador iba hacia arriba o abajo.

Cuando ya estaba dentro del elevador, comenzó a bajar, supuse luego tendría que subir. Cuando llegó a uno de los pisos, no me fijé en cuál, la puerta se abrió, un hombre, notablemente más grande que yo y de aspecto adulto,estaba parado frente a mí. Le reconocí de inmediato, y sonreí amablemente.
Él me saludó y yo le repondí.
-Gakupo-san, buenas tardes. ¿A qué piso vá?- Pregunté acercándome al tablero donde se programaba el destino del ascensor.

Escuchando las palabras de Miku, sonreí con calma. Aquella chica me parecía bastante tierna y encantadora. ¿ y Cómo no si parecía una niña pequeña? inocente e ingenua a mi vista, aunque claro, sabía que ya era una jovencita y no una niña como la veían mis ojos.

Cerré los ojos, aún con una sonrisa en mi rostro, - tercer piso por favor- le indique a la chica, me coloque a su lado mientras el ascensor comenzaba a descender, sin darme cuenta empeze a tararear una melodía, justamente la que estaba cantando hace unos momentos en la cabina de grabación.

-Tercer piso, entonces.- Susurré casi para mí misma al escuchar al muchacho indicarme.
Con una sonrisa graciosa, me volví al final del ascensor, donde estaba el barandal para poder apollarme, y casi al unísono, Gakupo también lo hizo, con tranquilidad, cantando serenamente una canción. No pude evitar sonreír algo nerviosa.
-¿Qué cantas, Gakupo-san? Es muy bonito.- Admití algo vergonzosa.

Empecé a tararear una canción algo alegre, que a la vez me hacia sentir feliz, pero lo único que hacia era tararearla en el transcurso, la señorita me pregunto que estaba cantando a lo que respondí algo apenado, estaba tan hundido en mis pensamientos que me olvide de ella por un segundo y empecé a cantar como si estuviese solo.

-jajajaja nada, nada.. Solo una melodía que se me quedo pegada, Esto.. disculpa el atrevimiento pero a donde te diriges?- pero antes de que la joven me pudiera dar una respuesta el ascensor se detuvo en el tercer piso, lo cual era una lastima, yo realmente deseaba conversar un rato con la señorita miku, mi asunto no era importante y podía esperar pero desconocía si la chica tenia algo que hacer -quería conversar contigo pero supongo que tienes cosas que hacer, aquí bajo yo.. Nos veremos cuando nos veamos Miku-san-

Fué una lástima que Gakupo no supiera qué canción era la que se le había pegad, porque en verdad era pegadiza, muy alegre a decir verdad.
-En realidad estoy libre, solo paseaba.- Entonces noté que el ascensor se paró.
Bajé la mirada algo entristecida, poco había durado la charla, de nuevo me quedaría sola. Agh, odiaba estar sola.
-Gakupo-san...- Murmuré al escucharlo despedirse.

Al girarme para salir del interior del elevador, oí que Miku musito mi nombre y respondí -etto.. Querías decirme algo?- interrogue mientras colocaba mi mano en la puerta del ascensor antes de que se cerrara.

Si mi oído no me mentía, habia escuchado que ella estaba libre -bien, ya que estas libre y yo no tengo nada importante que hacer, ¿porque no seguimos la platica en otro lugar?- pregunte sonriendo y con una expresión determinada en mis ojos.

Me sorprendí al escucharlo retractarse de seguir con sus cosas.
Y más aún cuando lo vi entrar al ascensor nuevamente.
Alcé la mirada y le encontré junto a mi nuevamente.
-Claro, ¿Dónde le gustaría ir, Gakupo-san?-
Pregunté con una sonrisa repentina en el rostro.

Con amables empujoncitos, conduje a miku hacia afuera del ascensor.
No sabia a donde podíamos ir, lo cual disimule con mi sonrisa "no pensé en eso...U"
-Etto... pues... no lo se- dije dando a entender que no tenia ni la mas remota idea, aunque ya llevaba tiempo frecuentando ese edificio no prestaba mucha atención al interior de el y no sabia donde podrían conversar tranquilos.
-tu dime y yo te seguiré hehe, me da curiosidad saber a que sitio me llevaras-

Sentí las manos de Gakupo direccionándome hasta que ya no supo a dónde ir.
Me sonreí divertida por aquello. Luego, me detuve a pensar un momento.
-Umm...- Me tomé unos segundos para meditar y repasar los lugares que podíamos concurrir.
-Si quieres que nos quedemos en el edificio...Podríamos ir a la cafetería, tengo entendida que es muy bonita, aunque se supone que hay toda una sala de juegos para los artistas invitados.-

Asentí con la cabeza ante la propuesta de Miku.
-que te parece si vamos a la sala de juegos, Miku-san- pero al terminar mi frase el rugido de mi estomago me delato, puse mi mano sobre el abdomen, podía sentir como las paredes de mi estomago chocaban la una con la otra, algo sumamente embarazoso -jajaja pensándolo mejor, ¿que te parece si vamos a la Cafetería?- dije riendo y con un leve sonrojo, me dio un poco de vergüenza que escuchara eso...

Reí tenuemente ante el sonido de hambre del estómago de Gakupo, pero debía admitir que yo también contaba con varias horas sin probar bocado y pronto mi estómago también reclamaría comida.
La idea me entusiasmo muchísimo, sumado que siempre había querido conocer la cafetería. Según sabía contaba con una gran varieadad de comidas y entradas.
Dí un salto bailarín divertida.
-Si, Gakupo-san, ¡Vamos a a cafetería!- Le tomé del brazo y comenzé a caminar, más bien dando saltitos alegres, conduciendolo a la cafetería.

-de acuerdo- -Le respondí a la joven de orbes verdes, la Chica empezó a dar saltitos por el largo pasillo.
Me enternecí un poco con la expresión alegre de la chica, era demasiado adorable. Deje que miku me llevara hasta la cafetería, yo ya conocía el camino pero no dije nada, solo hice que mis pies me acarrearan hasta aya.
Incline levemente la cabeza, por la diferencia de estatura tenia que bajar un poco la mirada para ver bien a miku.
-y.. ¿Que clase de comida te gusta?- pregunte para hacer conversación mientras llegabamos.

-¡Dulce!- Exclamé de forma impulsiva y por defecto.
Luego me reí sin contenerme divertida de mi propia reacción, a veces me eraimposible controlar mis propios impulsos, pero cuando de comida se trataba, menosaún podía controlar mi adoración por cosas dulces, chocolate, crema, caramelo, simplemente eran sabores que lograban poner mi humor en las nubes.
Me paré sobre la punta de mis pies para hacer que la diferencia de altura fuese menos evidente y toqué con mi dedo índice la nariz de Gakupo.
-Pero comeré lo que quiera, Gakupo-san.- Contesté divertida, mientras me alejaba, volviendome a mi estatura original.

Curve ligeramente mis labios al escuchar a miku, su gusto por los dulces me hacia recordar mas a una niña pequeña. Por otro lado, no era muy fanático de las golosinas pero me dije -"solo esta vez"-
-jajaja no, no, comeremos lo que miku-chan desee- conteste negando con la cabeza y sonriendo nuevamente, aunque a mi los dulces me empalagaban, por ella estaba dispuesto a comerlos solo para verla mas feliz aun si eso era posible.
Después de un largo recorrido por la disquera llegamos a la Cafetería, era un lugar amplio y espacioso con algunas mesitas y muebles adornando.

Aún tomando a Gakupo de un brazo, la arrastré hasta la puerta de la cafetería.
Allí nos paramos unos segundos para observar el lugar, era muy amplio y con varias mesas donde había comida para servirse.
También había un puesto donde entregaban la comida recién cocianada y dónde hacían el café. Lo deduje por el olor que provenía desde allí.
Miré a Gakupo un momento y le sonreí ante su comentario.
-Ha, esta bien, Gakupo-san. Podemos comer lo que quieras, y de postre puedo comer algo dulce o algo así, asi no tienes que comer algo que no te guste.- Era tan gentil al ofrecer comer dulces conmigo, aún sabiendo que no eran de su agrado. Que amable resultaba ser Gakupo, me encantaba tratar con él.

El olor de la comida llego hasta mi nariz, el aroma de la comida era un tanto penetrante. Voltee levemente hacia una de las mesas, en ella estaba un gran plato con carne, no era mi comida favorita pero no podía negar que se veía apetitoso y su olor me cautivo por decir algo.

-Miku-chan, siéntate yo iré a buscar la comida, por cierto ¿Que deseas comer? ¿Quieres que te traiga alguna bebida? veo que tienen una gran variedad en este lugar por eso pregunto, por mi parte creo que comeré algo de carne acompañado de una ensalada jeje- dije mientras miraba el mismo plato humeante de comida y guiaba a Miku hasta una mesa cercana para que tomara asiento.

Seguí a Gakupo, él me guiaba hasta la zona dónde estaban las mesas. Se ofreció a ir por la comida él mismo, ¡Que amable! Era tan caballeroso, tan adulto, a veces Kaito parecía un niño como yo, pero claro que parecía diferente por la situación.
-¿Qué quiero para comer?, umm....- Me quedé pensativa, y preferí esperar a saber qué comería él para elegir, estuve a punto de preguntarle, pero en cuestión de segundos, él mismo me lo dijo.
-Pues, entonces...- Le sonreí. -¡Comeré lo mismo que Gakupo-san!- Tras decirlo, solté una risa divertida.
Ya llegabamos a las mesas, y me senté en la que él me indicó.
-¿Esta bien que vallas solo? ¿No quieres que te ayude a traer la comida?-

-No es necesario, yo puedo solo- dije guiñando el ojo, me dirigí a donde la comida, no era mentira lo que menciono miku, realmente había una gran variedad de platillos exquisitos a la vista.
-todo huele muy bien- me dije observando la mesa en la que colocaban lo recién salido de la cocina, tome un par de bandejas y seleccione la comida, teniendo cuidado de no tirar nada -humm ¿que le gustaría beber a Miku?, tal vez algo de jugo o un refresco serian lo adecuado..- las manos me temblaban un poco, ¿y como no? si las dos bandejas no eran precisamente ligeras, me moví siendo en extremo cuidadoso para no dejar caer nada.
Con mucha suerte llegue hasta la mesa sin tirar algo -Uff estuvo cerca.- musite, -Llegue- dije sonriendo y con un tono jovial, deje los platos sobre la mesa, uno de mi lado y otro del de Miku -¡Provecho!- exclame antes de atacar la comida, me estaba muriendo del hambre, tanto asi que nisiquiera vi a Miku.

Me aseguró que podía cargar ambas vandejas solo, incluso me hizo un gesto de sguridad, guiñándome un ojo. Por algún motivo me sentí algo nerviosa, incluso pude sentir que la sangre en mi rostro se acumulaba por el calor repentino que sentí en ella, y que, probablemente mis mejillas se habrían vuelto de un color rosado o rojizo gracioso que sería mi prueba física de que me había avergonzado.
Bajé la vista, aunque intenté disimular una sonrisa. Seguí con la mirada a Gakupo, quién con tranquilidad fué recogiendo la comida, por iguales en dos platos.
Hasta se las arregló para llevar los dos platos con sus respectivas bebidas a la mesa donde yo le aguardaba.
-¡Aaww..!- Me estremecí con una sonrisa inocente dibujada de forma implacable.
-¡Muchas gracias, Gakupo-san!- Le agradecí. -¡Provecho!.- Le contesté con el mismo tono amistoso, para así comenzar a comer tal cual él lo hacía.
Comí hasta no poder más. En verdad había sido un gran plato. Ç
Con una sonrisa divertida y algo infantil, me quedé observándolo comer a Gakupo, eran tan gracioso ver a un adulto comiendo, no supe bien porqué.

Percibí como miku me miraba, lo cual me apenaba un poco pues note que mi boca tenía restos de comida, relamí mi labio superior, saboreando la salsa. Tome una servilleta y limpie mis labios y el contorno de mi boca, por ultimo los dedos que sentía grasosos.
-Estuvo delicioso, ¿Te gusto la comida?- pregunte mientras quitaba un pedacito de carne entre mis dientes, note que las mejillas de miku estaban levemente rosadas y también escuche su risilla.
Me levante de mi asiento y me senté junto a ella rodeándola con mi brazo de forma amistosa, sin ninguna insinuación ni nada de eso. Estaba muy cómodo pero faltaba algo.
-¡Olvide el postre!, enseguida vuelvo- me separe rápidamente y busque alguna cosa dulce, no muy lejos de la mesa había un carrito, una bandeja de postres para ser mas exacto. Me lleve un par de pastelillos y los lleve a la mesa -Haber, abre la boca- dije mientras le acercaba un pedazo del pastel a la boca, curvando ligeramente los labios y delineando una sonrisa algo picara.

Terminábamos la comida con deleite. En verdad moríamos de hambre, fué agradable sentirse lleno y satisfecho, supuse que tanto Gakupo como yo, comímos con cierta inocencia en nuestra hambruna.
Me reí divertida de ello, no podía evitar que me causara risa. Incluso, aún sonriente le respondí.
-Si, estuvo genial.- Entonces, aunque me tomó por sorpresa, él se levantó de su asiento, sin darme lugar a pensar o reaccionar de alguna forma. Simplemente me rodeó con uno de sus brazos, considerablemente grande al lado mío, sin duda alguna la diferencia de tamaños era notable.
Se levantó en busca de los postres, y entonces me dí lugar a suspirar, intentando desahogar el rubor que se acumulaba en mi rostro, agh, ¿Porqué estaba tan nerviosa?
Él volvió, demasiado rápido para darme lugar a tranquilizarme, era tan amable conmigo que lograba ponerme nerviosa, más no incómoda.
Abrí la boca tal cual él lo indicó con diversión. -Aamm...!- Hice un sonido al moder el pequeño pero dulce pastel que me acercaba Gakupo. Sentí que a pesar de ser pequeño era de mayor tamaño que mi boca y cómo la crema quedaba esparcida más allá de mis labios.
Le dediqué una sonrisa inocente y graciosa por lo infantíl que podría parecer, pero debía admitir que me había resultado divertido.

Vi como sus labios se ensuciaban con la crema del pastelillo, era una chica bastante tierna.
Tome una servilleta y limpie su boca delicadamente, simplemente lo hice para distraerla y no viera que no comí el pastel, los dulces me provocaban malestar. -por tu expresión diría que estaba rico ¿cierto?- dije mientras pasaba la servilleta por su boca, note algo de nerviosismo en ella, pero debía admitir que lo disimulaba muy bien.
Agarre mi vaso y di un gran sorbo, en mi lengua aun tenia el sabor de la comida que consumí recientemente. Aunque no platicamos de nada mas que de gustos en comida se me hizo una conversación satisfactoria -Gracias por acompañarme y comer conmigo Miku-chan.- le agradeci. mire un reloj en la pared, perdí mas tiempo del que crei, en verdad mis asuntos podían esperar pero se me paso el tiempo limite. El rato se me fue con el almuerzo, me levante posando mi mirada sobre el reloj -lo siento Miku-chan pero tengo que irme, fue un gusto pasar aunque sea un rato contigo, nos veremos después. Adiós- dije alejándome de la mesa, dejando a Miku y diciéndole adiós desde la puerta de la cafetería.

[xD Lamento haberte hecho esperar tanto por este post, pero no me queda mucho tiempo.]

[Cambio de Escena]

-Si, si lo estaba.- Me reí por debajo.
Noté que mientras me limpiaba él tomaba agua, ignorándo su pastelillo. No le obligaría a comerlo, ya bastante amable había sido conmigo aceptandolos de postre.
¿Qué hora sería? Esperé que me quedara tiempo para volver a casa a dormir un poco antes de ir a ver a Kaito, le extrañaba tanto, que quería verle lo antes posible.
Le oí disculparse, él debía irse, y no lo culpaba, habíamos estado mucho tiempo almorzando. ¿Sería tarde para mí también?
-No hay problema, Gakupo-san.- Le dije sonriente.
-Ha sido genial, espero volver a salir por ahí contigo.- Me levanté de la mesa, caminando en sentido contrario a el.
-¡Nos vemos!- Me despedí.

[Miku Out]